martes, 15 de mayo de 2012

La Literatura en las aulas

La enseñanza de la Literatura en las aulas de nuestro país es un tema un tanto polémico en el que parecen claras las vías de actuación, pero no parecen tan evidentes las maneras de llevarlas a cabo en la realidad. Pues, desde nuestra experiencia como alumnos, todos concluíamos en clase en que la manera en que a nosotros nos han enseñado Literatura no es la mejor ni las más enriquecedora.

La enseñanza de la Literatura debe basarse en el conocimiento, por supuesto, pero como docentes, no podemos olvidarnos del placer de leer y escribir. Debemos fomentar un equilibrio de ambos aspectos desde el interior de las aulas, en cada actividad y con cada texto.

Los textos y temas a tratar pueden proceder de la Lietratura clásica o de la Literatura actual, no hay una razón clara por la que una deba prevalecer sobre la otra. Es necesario que los alumnos conozcan ambas y estén en contacto con ellas de manera activa. Así, se debe tomar en consideración el interés y opinión de los alumnos en la elección de los texto. Pues el único criterio no puede ser el prestigio del autor o el criterio del profesor. Está claro que este último debe ser una guía para sus estudiantes en el camino literario, pero no puede liderarlo ni ponerle barreras.

Por otro lado, también es importante destacar la relevancia que se ha dado a lo largo de los años a la Literatura escrita por encima de la oral. Así, la competencia comunicativa de los alumnos puede verse mermada por este hecho y convertirse en una misión imposible. Además, no atender a la creación de textos y basarse únicamente en la lectura de los mismos obstaculiza también el desarrollo del alumno y su relación con la Literatura se limita a una simple dirección en lugar de enriquecerse con un feedback que beneficie a ambos.

De cara a establecer materiales de trabajo, no hay por qué definir un límite. La Literatura juvenil puede tener un valor formativo, al igual que cualquier otro tipo de Literatura. Además, las canciones populares y el cómic pueden ser también una buena herramienta que ayude a la motivación de los alumnos.

Y es este último aspecto, el de la motivación de los alumnos, el que más puede preocupar de cara a la enseñanza de la Literatura. El alumno necesita crear, experimentar, exteriorizar... no puede limitarse exclusivamente a recibir y llenar su cerebro de información sin utilidad práctica. Así, el hábito de lectura puede no despertarse en los alumnos dado que no están siendo educados en el placer de la Literatura sino sólo en la acumulación de saber.

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