martes, 15 de mayo de 2012

Reflexiones a partir del concepto de lengua

La lengua materna es el lazo de unión entre las necesidades, intereses y logros de las personas que la hablan.

Así, la inmersión lingüística de una alumno extranjero en nuestras escuelas debe estar bajo un contexto de respeto y tolerancia absolutos y debe fomentar la conciliación entre la realidad de origen y la de acogida. En referencia a este punto, es necesario subrayar que las migraciones hacen que una sociedad sea mucho más reflexiva, creativa y solidaria, y no convencional e individualista.

En el ámbito que nos ocupa, la educación, debemos entender las aulas como un espacio en el que la retroalimentación de estímulos y refuerzos positivos sea una constante. Es necesario aceptar la importancia que tiene el componente cultural en la enseñanza de cualquier segunda lengua.

Desde un punto de vista fisiológico, nuestro cerebro se divide en dos hemisferios, cada uno de ellos reservado para unas tareas concretas y diferenciadas. Por lo que trabajar en el aula de manera de bilateral puede exigir más al docente en cuanto a nuevas metodologías y diversidad de materiales, pero mejora el rendimiento de cada estudiante. Dejemos a un lado las repeticiones, pruebas y revisiones y dediquemos más tiempo libre para realizar tareas creativas.

Esta última idea esta íntimamente relacionada con la teoría de las inteligencias múltiples de Gardner. Esta teoría está fundamentada en que las capacidades y motivaciones de los estudiantes son diferentes. Así, él hace una clasificación de las intelegencias, dividiéndolas en siete tipos diferentes: lingüística, científico-matemática, espacial, musical, motora, interpersonal e intrapersonal. En relación con la lengua extranjera, predominará la intelegencia ligüística. Para ayudar a desarrollar esta capacidad en todos los alumnos será necesario reforzar actividades, ralentizar ritmos, variar recursos didácticos, implementar metodologías diferentes, etc. Hay que aprender a aprender y aprender a ser.

El profesor, figura clave en el proceso educativo, es aquí visto también como un agente de integración socioeducativa y como coordinador de una interacción pedagógica flexible y plural. Educar consiste en abrir caminos y no en poner obstáculos. Consiste en aceptar diferencias para una igualdad de oportunidades.

A modo de conclusión, querría destacar la importancia del trabajo que debe realizar el docente. Parece obvio señalar la investigación y esfuerzo por encontrar nuevos materiales o nuevas metodologías, pero la realidad es que este hecho aún sigue siendo parte de la teoría y no de la práctica. Siempre habrá tantas formas de enseñar como número de docentes existan, pero es necesario un impulso común hacia la formación de personas y no sólo de mentes. Pues, al fin y al cabo, la enseñanza de una segunda lengua no es una enseñanza muy diferente a la de otras materias o áreas. Y todo ello contribuye al crecimiento interior de cada alumno.



Toda esta reflexión está basada en el texto "Algunas reflexiones metodológicas a partir del concepto de lengua" de Mª Victoria Reyzábal (Pág. 18)

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